Muchas veces, cuando lloras, ¿nadie se percata de tus lágrimas?
Muchas veces, cuando estás triste, ¿nadie se percata de tu infelicidad?
Muchas veces, cuando estás feliz, ¿nadie se percata de tu sonrisa?
Muchas veces, mirando un atardecer, ¿nadie se percata de tu emoción?
Pero… tírate un pedo sólo una vez y verás el despelote que se arma.