Categoría: Animales
La venganza
Un día, Manolo fue a cazar osos. Al encontrarse con un pequeño oso de color marrón, le disparó.
Entonces, sintió un golpecito sobre su hombro y, al darse la vuelta, vio un gran oso negro que le dijo:
Tienes dos opciones: o te doy zarpazos hasta la muerte o dejas que copule contigo.
Manolo decidió agacharse.
Aunque se sintió dolorido dos semanas, rápidamente se recuperó; juró venganza e inició otro viaje para encontrar al oso negro.
Cuando por fin lo encontró, le disparó.
Entonces, sintió de nuevo otro golpecito en el hombro. Esta vez era un enorme oso gris, más grande aún que el oso negro, que le habló y le dijo:
Lo que has hecho te va a doler, pero tienes dos opciones: o te doy zarpazos hasta la muerte o dejas que copule contigo.
Nuevamente, Manolo se agachó.
Pasaron muchos meses hasta que Manolo logró recuperarse del todo. Ultrajado, se dirigió de nuevo al bosque con una sola meta: ¡venganza!
Cuando logró encontrar al oso gris, apuntó, disparó y…
…de nuevo sintió un golpecito en el hombro.
Cuando Manolo se giró, vio a un gigantesco oso polar que, mirándolo fijamente, le dijo:
Admítelo, Manolo. Tú no vienes a cazar.
Moraleja:
Los vengativos se vuelven maricones.
Un sádico, un masoquista, un asesino, un necrófilo, un zoófilo y un pirómano están sentados en el jardín de un psiquiátrico.
Sin saber cómo ocupar su tiempo, y aburrido, el zoófilo dice: —¿Y si nos follamos un gato?
Entonces el sádico dice: —¡Eso, vamos a follarnos un gato y después lo torturamos…!
El asesino agrega: —¡Vamos a follarnos un gato, torturarlo y después matarlo!
El necrófilo: —¡Vamos a follarnos un gato, torturarlo, matarlo y después lo follamos otra vez!
Y el pirómano: —¡Vamos a follarnos un gato, torturarlo, matarlo, volver a follarlo otra vez y prenderle fuego!
Se hace un repentino silencio, y todos miran al masoquista y le preguntan: —Y tú, ¿no dices nada?
Y el masoquista dice: —¡Miauuu!
Fábulas varias
Fábula del rabo
Estaba un toro pastando en la dehesa, y llegó una mosca cojonera de estas que empiezan a posarse dando el coñazo.
El caso es que se le posó al toro en el culete y éste la espantó con el rabo. La mosca echó a volar y se volvió a posar en el culete.
El toro volvió a sacudirle con el rabo, así que la mosca voló y se posó esta vez un poco más hacia delante, en el costado del toro. El toro hizo un esfuerzo y volvió a alcanzar a la mosca con el rabo. La mosca, que ya estaba mosca con el rabo se posó entonces en el hocico del toro, donde éste no podría llegar con el rabo… de repente el toro sacó la lengua y, ¡glup!, se papeó la mosca…
MORALEJA: Lo que no puedas terminar con el rabo, termínalo con la lengua…
Fábula del coche
Resulta que, un día, un toro cayó en un pantano de arenas movedizas. En ese momento pasaba una hormiguita y el toro le pidió auxilio.
La hormiguita subió a su flamante y recién estrenado Audi A3 TDI 110 CV, amarró una cuerda al rabo del toro y otra al chasis del coche, y sacó al toro de las arenas movedizas. El toro le estuvo eternamente agradecido y prometió ayudar a la hormiguita en lo que le pasara.
Pasaron los meses y, un día, el toro pasó por el mismo sitio y vio a la hormiguita dentro y pidiendo auxilio, el toro alcanzó a la hormiguita con su rabo y la sacó de allá.
MORALEJA: Si tienes un buen rabo, no necesitas un A3 TDI.
Fábula del pajarito
Esto es un conejito que iba por el bosque y se pone a llover a cántaros.
Busca refugio y encuentra un árbol hueco, pero dentro había un pajarito.
Le dice:
—¡Pajarito, Pajarito! ¡Déjame entrar en el árbol, que me estoy mojando!
A lo que responde el Pajarito:
—No te dejo, que no hay espacio para los dos.
Y el conejito vuelta a insistir:
—¡Venga, Pajarito, que voy a pillar una pulmonía!
Y el Pajarito:
—¡Que te he dicho que no!
Llovía cada vez mas y el conejito estaba ya chorreando.
—¡Venga, Pajarito, que tengo mucho frío! —insistió el conejito.
—No te lo repito más, ¡si digo que no, es que no! —afirmó con rotundidad el Pajarito.
MORALEJA: Cuanto más duro se pone el pájaro, más se moja el conejo.
Animales en la jungla
Un conejito esta corriendo por la jungla cuando ve a una jirafa que se esta haciendo un porro. El conejito se para y le dice a la jirafa:
—Amiga jirafa, no te fumes ese porro. Mejor te vienes a correr conmigo; ya verás qué sano es.
La jirafa se lo piensa y decide tirar el porro y seguir al conejito. Los dos están corriendo por el bosque y descubren a un elefante a punto de esnifarse una raya de coca. El conejito se acerca al elefante y le dice:
—Amigo elefante, deja de esnifar coca y vente a correr con nosotros; verás qué bien.
El elefante se lo piensa, tira su espejo con la raya y decide seguirlos. Están los tres corriendo cuando, de pronto, se encuentran con un león que esta a punto de inyectarse una dosis de heroína. El conejito le dice:
—Amigo león, deja el pico y ven a correr con nosotros; ya verás lo bueno que es. El león se acerca al conejo y le pega una hostia monumental. Los otros animales, escandalizados, preguntan al león:
—¿Por qué has hecho eso? ¡El conejito sólo quiere ayudarnos!
Y el león responde:
—¡Es que este conejo gilipollas me hace correr como un imbécil cada vez que se toma un éxtasis!
¡Hakuna matata!